Nuestra opinión, desde La Sociedad Española de Odontopediatría, es que deberían dedicarse esfuerzos a educar a los niños sobre prevención y conservación de la salud en general y a la salud oral en particular.

A estas edades los padres tienen interrogantes acerca de hábitos como la succión del dedo, o la respiración por la boca que tan graves problemas dentarios pueden producir al mantenerse durante el crecimiento de los maxilares del niño

• Las enseñanzas instauradas a edades tempranas son la mejor forma de establecer unos correctos autocuidados en el futuro adulto.
• En algunos colegios se han instaurado programas preventivos de fluorizaciones semanales, consistentes en la utilización de un colutorio.
• Estos programas no se encuentran repartidos de forma homogénea en los colegios españoles ni tienen la continuidad necesaria que garantice su efectividad. 

• Los dientes de leche se forman durante el embarazo de la madre. Por esta razón, los alimentos necesarios para su correcto desarrollo deben conocerse e ingerirse de forma adecuada durante esta etapa de la vida.
• Las cantidades necesarias de calcio fósforo, vitaminas, etc, ayudarán a crear unas estructuras dentarias correctas. Del mismo modo, los problemas relacionados con un embarazo complicado y/o un parto prematuro pueden crear, potencialmente, anomalías del crecimiento y desarrollo dentales.
• Para evitar estos problemas es aconsejable visitar al odontopediatra ya en la fase de embarazo.
• Tras el nacimiento, mucho antes de que el niño tenga dientes, debe realizarse una limpieza de las encías del niño después de cada.  Es la mejor manera de prevenir una caries temprana en los futuros dientes de leche, para ello hay que utilizar una gasa humedecida, limpiar no sólo las encías, sino también la lengua, arrastrando los restos de leche o cualquier otro alimento. Esta operación debe llevarse a cabo idealmente tras cada toma o, como mínimo, una vez al día, preferiblemente después de la última toma.
• El comienzo de la dentición de leche es aproximadamente a los 6 meses, los primeros dientes son los incisivos centrales inferiores.
• La limpieza de los primeros dientes se puede realizar con dedales de silicona o látex o con cepillos de pequeño tamaño con filamentos muy suaves para que el bebé no tenga sensaciones desagradables.
• Hasta los ocho años, el niño no tiene destreza manual suficiente como para realizar un cepillado efectivo. ( algunos adultos no llegan a realizarlo correctamente ) El cepillado conviene que lo realice algún adulto después de cada ingesta.
• La utilización correcta de flúor como elemento preventivo para la caries en la dentición, es recomendable a nivel tópico ( pastas dentífricas y colutorios ) a baja dosis y alta frecuencia, de manera que cuantas más veces el esmalte tenga contacto con el flúor, mayor capacidad preventiva contra la caries.
• Es recomendable que el niño realice enjuagues con algún colutorio que le prescriba su odontopediatra, el especialista recomendará el más adecuado a la edad del niño y de acuerdo con los beneficios que se deseen.
• Debemos saber que la cavidad oral de los adultos contiene gérmenes que son perjudiciales para el niño y que pueden transmitirse a su boca a través de la saliva (besos, intercambio de cucharas, prueba de alimentos y, sobre todo, a través de un gesto muy común, la limpieza del chupete o tetina con la saliva del adulto).Es importante observar las precauciones similares a las que se tienen cuando el adulto padece un catarro y quiere evitar el contagio al niño.